Se trata de dos barrios de la antigua Atenas que se tendían por la parte noroeste y pertenecían al municipio de Karameon del sector de las Academias: el Keramikós externo, fuera de la fortificación y el Keramikós interno, dentro de las murallas de la ciudad. El nombre deriva del antiguo barrio del Cerámico o de los Alfareros, donde se encontraban los talleres de los artesanos.
Los dos barrios se comunicaban por el Dipilón, la puerta principal de Atenas. El Dipilón lo formaban dos entradas protegidas por dos torres, al oeste y este respectivamente. El patio, cerrado por todos los lados, era una perfecta trampa para el posible enemigo que intentará forzar las puertas.
Keramikós y Platón
En este punto comenzaban las calles que llevaban al Pireo y a la Academia de Platón, mientras que en el interior nacía una amplia avenida, la calle de las Panateneas, que atravesaba el Ágora y terminaban en la Acrópolis. Al suroeste del Dipilón, habia otra entrada, también fortificada, llamada Sacra, ya que allí empezaba la Vía Sacra, por donde pasaba la procesión de los Misterios de Eleusis. Entre el Dipilón y la Puerta Sacra se hallaba el Pampion (Nombre del cortejo en las fiestas de las Panateneas y de otras grandes fiestas.
Con el tiempo el keramikós externo se transformó en el cementerio más importante de Atenas, ya que los atenienses solían enterrar sus muertos fuera de las murallas de la ciudad. La parte más importante del cementerio era la vía que llevaba al característico barrio de la Academia, donde impartía sus clases Platón.
Epitafio de Pericles
A ambos lados de la vía se alineaban los monumentos de los atenienses ilustre de la ciudad y un túmulo sepulcral en honor a los héroes muertos por la gloria de Atenas. En este lugar sagrado se pronunció el famoso. Epitafio de Pericles, un famoso discurso fúnebre recogido por Tucídides en relación a la Historia de la Guerra del Peloponeso, una de las pocas fuentes completas a nuestro alcance sobre el tema de la guerra de poder entre Atenas y Esparta a finales del siglo V a. C. También el lugar es famoso por los discursos fúnebres de Demóstenes e Hipérides.
En este lugar sagrado fueron enterrados el legislador Clístenes, el político Trasíbulo, los asesinos de los tiranos Armodio y Aristogitón, el orador Licurgo y Pericles. El lugar donde se encuentran las tumbas se conserva en perfecto estado. El cementerio en general se encuentra muy bien conservado como un importante sitio arqueológico. Las tumbas todavía muestran los monumentos que la decoran, testigos del buen gusto de los atenienses y del respeto que sentían por sus muertos. Destacan la tumba de Dexileo, decorada con una bellísima estatua del joven jinete matando a su rival, y la de Dionisio con una bellísima estatua de un toro.
Museo de Keramikós
Es un museo pequeño y a la vez impresionante. Las piezas expuestas provienen principalmente del recinto arqueológico de Keramikós; cómo por ejemplo distintas estelas fúnebres de la época arcaica, entre las que destacan las estelas de Dexileo y Abfaeta. Especial interés presentan los vasos fúnebres de la época romana y micénica, así como los lékythos blancos y las ánforas geométricas de gran tamaño.